El proyecto consiste en desarrollar un estudio de riesgo sísmico en el que se estimen las pérdidas económicas relacionadas con el daño sufrido por elementos vulnerables edificados ante un movimiento sísmico. Esas pérdidas comprenderán los costes de reparación o en su caso demolición y reconstrucción de los elementos dañados. Asimismo se plantearán medidas de mitigación del riesgo, básicamente de refuerzo y rediseño, para reducir el daño esperado y por ende las pérdidas. De este modo se podrán establecer relaciones coste/beneficio que sirvan de base para la toma de decisiones sobre retención o transferencia del riesgo. Otro punto clave del proyecto tratará de cuantificar la incidencia que tiene la aparición de sismicidad inducida por una infraestructura creada por el hombre (como por ejemplo la relacionada con casos de hidrosismicidad, una inyección de gas en el subsuelo, o el fracking) sobre la peligrosidad y la exposición de una zona y, por tanto, sobre las pérdidas esperadas y las medidas de mitigación del riesgo que se pudieren proponer.